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el cajón de las metáforas

Quedan muy poquitos días. El próximo viernes haremos las maletas y dejaremos el que ha sido nuestro hogar durante seis meses para regresar a casa de nuestros respectivos padres. He sido siempre consciente de la temporalidad de esta situación, pero no puedo evitar sentir pena. He estado muy a gusto aquí, he podido experimentar el compartir mi vida con alguien, y hemos pasado muy buenos momentos juntos.

Todavía no me he ido y ya me entristece el pensar en que me despertaré por las mañanas y no estarás a mi lado, que no te veré cada día, que no me recibirás en casa con un beso y una sonrisa. Sé que voy a echar mucho de menos esos pequeños detalles del día a día, como el ver la tele juntos estirados en el sofá, después de cenar, esos momentos de paz, tranquilidad y risas que tanto me han reconfortado y han hecho de este periodo pir-máster una feliz locura. Tu compañía ha sido lo que ha hecho especial esta estancia, lo que ha dado calor y alegría a mis días de intenso estudio: gracias por la ayuda, la paciencia, la comprensión y el apoyo que me has mostrado todo este tiempo: por estar siempre a mi lado. No creo que alcance el objetivo de conseguir plaza por el que vine aquí, pero me siento satisfecha, todo esto habrá valido la pena por muchas otras razones. Ojalá pronto volvamos a tener otra oportunidad de estar juntos, y con más continuidad, será una motivación más para el día a día, para mirar adelante con ilusión.

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