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el cajón de las metáforas

los ideales

Los ideales son la pareja de amigos que todos quisiéramos tener. No son perfectos, porque la perfección puede resultar detestable de tan extrema, pero lo ideal no, porque mezcla lo bueno con lo campechano, con los pequeños defectos llevados con gracia. Los ideales son extrovertidos, alegres, de mente abierta, predispuestos a ver y conocer antes de juzgar. Siempre tienen las puertas de su casa abiertas, son generosos a la hora de invitar a sus múltiples amistades, de juntar gente en casa aunque no se conozcan entre ellos, tienen la habilidad de integrarlos y hacerlos sentir cómodos: son una fiesta y la diversión une. Tienen una gran sensibilidad humana y una importante conciencia política y social, son solidarios, ecológicos y amantes de la naturaleza: les encanta ir en bici, la escalada, el mar y la montaña. Además son inteligentes, tienen estudios universitarios (ella, tres carreras) e inquietudes por saber más. Y son deportistas, y practican deportes juntos y por separado. Y es que encima son guapos.

Pero el idealismo sólo se alcanza si se distribuye en las diferentes facetas de la vida. Los ideales son también la pareja ideal. Y se nota cuando discuten, donde aflora la gran complicidad que tienen, exponiendo los diferentes puntos de vista, sin alzar la voz ni faltarse jamás al respeto, llegando siempre a un acuerdo o a un respeto mutuo, sellando la paz con un beso. Porque se aman con pasión, a pesar de llevar años juntos y compartiendo techo, consiguen que la rutina suene bien. Me encanta cuando tienen que hacerse regalos: siempre se sorprenden con creativos e ingeniosos detalles, se exprimen para superarse y ofrecer en cada ocasión alguna cosa especial. Están hechos el uno para el otro, juntos suman fuerzas, se retroalimentan como un circuito para hacer crecer al otro, son una misma alma en dos cuerpos y como tal se seguirían el uno al otro hasta el fin del mundo, para seguir siendo completos.

Y eso es lo que va a pasar ahora. Otros que se van. Pero no a buscar un futuro mejor, si no a un país en vías de desarrollo, para hacer algún proyecto de cooperación. No podía ser de otra manera. Y nosotros les vamos a echar muchísimo de menos. Si la marcha de mi amiga me crea un gran vacío por dentro, ellos me lo crean por fuera, porque aunque no tenga personalmente con ellos una íntima amistad, han sido nuestra fuente de vida social en los últimos tiempos, y nos han aportado grandes momentos de diversión y distracción. Han sido nuestro escape a una situación en la que nos sentimos atrapados por la falta de espacio, tiempo y dinero para estar juntos, para pasarlo bien juntos. Espero y deseo que les vaya genial allá donde vayan. Estoy segura de que juntos vivirán una experiencia increíble.

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